Vea su presupuesto de apuestas deportivas como si fuera una inversión y nunca deposite una cantidad que le comprometa financieramente. Para dar sus primeros pasos, opte por una pequeña inversión. Si al cabo de unos meses los resultados son positivos, aumente el presupuesto y las cantidades apostadas, pero sin cambiar sus hábitos de apuesta.
Muchos apostantes apuestan un porcentaje de su capital demasiado alto en cada apuesta. Esto les lleva rápidamente a la bancarrota si tienen una mala racha. ¡Es uno de los principales errores que no debe cometer!
Las cantidades apostadas deben ser de entre el 1% y el 5% de su capital. Apueste alrededor de un 1% si la cuota de la casa de apuestas le parece demasiado alta. Apueste un 5% si la cuota es superior a la que usted ha calculado. ¡En este caso se encontrará ante un verdadero value bet!
Si la cuota es menor de lo que espera, no merece la pena apostar.
¡No se relaje después de una buena racha! La euforia se suele traducir en apuestas hechas a la ligera y en un aumento de las cantidades apostadas. Esta es la mejor receta para perder los beneficios tan rigurosamente obtenidos. Después de una buena racha, ¡no cambie su forma de apostar!
Después de una mala racha, no intente recuperarse aumentando las cantidades apostadas. ¡Eso es lo peor que puede hacer! Ante esta situación, mantenga la calma y repóngase. Revise las apuestas anteriores y analice los errores para corregirlos. A veces es posible que no haya cometido ninguno, sino que simplemente haya sufrido un revés de la imprevisible ley del deporte.
Ya lo sabe, para ganar sus apuestas hace falta una disciplina de hierro. Una buena apuesta sin apostar una cantidad acorde, no sirve de nada. Para los amantes del deporte, lo más difícil no es encontrar las buenas oportunidades, sino saber controlar sus apuestas y sus emociones. ¡Esa es la clave del éxito!